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Tardes del buen rollo docente.

Elegimos parajes naturales o terrazas artificiales en las cercanías de Cártama.

Durante varias tardes, a lo largo del mes, cada persona trae algo de comer o de beber, a su gusto pero con cierta coherencia.

 

1) Dinámica de apertura: Pioneros inteligentes. Formamos dos o tres grupos, según la asistencia.

 

1.1. Identificamos las emociones básicas del ser humano y hacemos la representación de cada una en un papel.

 

1.2. Ponemos en común el resultado y seleccionamos un elenco que coincida con el número de participantes.

 

1.3. Utilizamos la imaginación para ponernos en el lugar de un grupo de pioneros que han sobrevivido a una catástrofe (una crisis, por ejemplo) y tienen que formar una sociedad nueva en el planeta.

1º) La primera tarea consiste en designar los ministerios del gobierno planetario. Se escriben en sendas tarjetas o trozos de papel.

2º) Repartimos los cargos de forma azarosa. 3º) Hacemos lo mismo con los gráficos que representan las emociones básicas.

 

1.4. Tarea personal: elaborar un programa que desarrolle la competencia del ministerio en cuestión, no tanto de acuerdo con nuestras propias ideas, sino con un sesgo peculiar (bias), como si estuviéramos dominados por la emoción que nos ha tocado en suerte. Se admite y se recomienda el humor.

 

1.5. Cada ministro/a expone su programa de forma breve e impactante.

 

1.6. Debate: ¿qué consecuencias tiene el dominio de una emoción (una en particular y todas en general) sobre la práctica?

 

2) ¿Se puede compartir la memoria?

En dos grupos.

Reglas:

- Escucha empática. Uno/a habla, los demás escuchan por turnos.

- Total respeto por la expresión de la otra persona. No caben comentarios críticos ni laudatorios, solo reformulaciones que manifiestan comprensión.

 

2.1. La memoria felicitante: narramos la mejor experiencia que hemos vivido como docentes, mientras los demás escuchan de forma activa, sin interrumpirse.

 

2.2. La memoria traumática: se trata de sacar a la luz la experiencia más dura o más difícil que nos han hecho pasar en nuestro trabajo docente. Probablemente haya más de una, pero se trata de relatar la que sea con el mayor detalle posible.

 

3) Hora de comer o de merendar (puede reiterarse todas las tardes que nos reunamos).

 

4) Sobremesa, bajo el árbol, etc.

Compartimos en grupo abierto, para terminar la serie de encuentros: ¿qué es lo mejor de mí que puedo aportar al trabajo en equipo durante el curso? Seguramente habrá muchos aspectos de la personalidad de cada uno/a que hagan la vida más fácil a los otros. Nos fijamos solo en uno.

 

5) Conclusión.

Plasmamos en forma de compromiso escrito las ganas de que este curso sea el mejor de nuestra vida, en beneficio de los aprendices. Se puede representar por medio de un dibujo, una canción o la expresión verbal de un deseo.

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